domingo, 4 de diciembre de 2016

NOSTALGIA DE LAS ESTACIONES
Repasando los cuadernos de campo asalta una relativa e inexistente nostalgia. Cada estación nos envuelve con sus visibles e invisibles encantos. Creemos que nos visitan pero somos nosotros los que estamos de paso, un almanaque inverso de gotas, calores, viajes y reproducción.
No todas las estrellas están en el cielo.

Todo depende del agua.

El Otoño aclara los verdes.

Noviembre empareja a los patos colorados.

Cambios constantes en el ciclo de la vida.

Resistencia, de los escasos fríos a la cercanía del Sol.

Cuando baja el nivel aparece el fango, la agachadiza común viaja en su busqueda.

Las montañas tienen un pacto con las nubes.

La paciencia de los árboles.

La querencia de las aves.

Los contrastes por la duración de la luz.

Las mellizas lucen su belleza.

El Invierno nos refleja al porrón moñudo.

Y el Verano intensifica el amarillo de los verdecillos.

Es solamente un giro.
  

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