En el inmenso lienzo puntillista que pintan los campos de olivar y viñas, las zonas húmedas del sur de Córdoba son trazos de azul, unas veces celeste otras verdoso, a veces plateado según la generosidad de la lluvia y la inclinación de los rayos del sol. Son lagunas permanentes, llovedizas, ríos que se encuentran, embalses o simplemente charcas, paisajes aislados y acosados por los cultivos intensivos y la rancia enemistad del hombre hacia los entornos palustres. En estos oasis y en el efecto frontera de sus bordes la vida se alegra por el cambio de tonalidades.
|
Las últimas malvasías cabeciblanca de Europa se refugiaron, hace años, en estas zonas húmedas. |
|
Delicado equilibrio entre agricultura, caza y entornos salvajes. "Efecto borde". |
|
La repoblación de los límites acuosos añade variedad de colores y protección. |
|
Antes de llegar a la presa de Malpasillo, el Genil se adorna en un meandro pletórico de vida. |
|
Las hembras de aguilucho lagunero muestran orgullosas sus galones color crema. |
|
El Embalse de Cordobilla, colmatado, comparte su poca profundidad con un hervidero de vida. |
|
Laguna del Salobral, la más montañera, a los pies de las Sierras Subbéticas. |
|
El anochecer desde la Laguna del Rincón muestra al sol como un alquimista que convierte en oro la lámina de agua. |
|
En años pletóricos de lluvia, los llanos de San José y Relámpago reflejan la silueta del salvaje Cerro Acebuchoso. |
|
Los tarajes abrazan las aguas permanentes cosiendo refugios a las anátidas que deciden procrear entre las cañas. |
|
Los espacios que dependen de las lágrimas del cielo varían profundamente de superficie y de habitantes. |
|
Laguna estacional de Curado, el agua gota a gota multiplicada, recupera su cubeta natural sumergiendo el asfalto. |
|
La fusión de los ríos Lucena y Anzur se oculta en un bosque de ribera inexpugnable. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario