jueves, 13 de marzo de 2014

MARZO

Los primeros brotes nacen para vestir las desnudas ramas. Un carbonero común aporta su canto como vigía de la primavera.

Basta un receso en las lluvías y algo de calor para que las crucíferas (jaramagos o jamargos) conquisten cualquier territorio. Su presencia es efímera, en pocos días se convertirán en forraje.

Mariposas y abejorros recorren la falda de la Sierra de Aras adornada por las primeras flores.


Las cigüeñas negras regresan para nidificar en sus remotos aposentos.   

Las aulagas tiñen con su alegre amarillo los pedregales calizos de la Sierra de Alhucema.

Los matagallos preparan su terciopelo a la espera de coronarse de rosa púrpura.